miércoles, 21 de noviembre de 2012

Otoño en tu cama

     La segunda entrada (comento su existencia en la anterior) es una poesía escrita tras algo muy concreto que me llevó a hacerlo- no puedo concretar más cosas tan personales como ésta- impulsado, además, porque prometí escribir algo así. Allá va:

Otoño en tu cama

El frío de este otoño
lo combatió tu cuerpo,
en él se paró mi tiempo
y en tu cama mi aliento.

Tu pelo mi calle, 
tu pecho mi patria, 
siento a tu alma
vagar en mi estancia.

Mis brazos te seducen, 
mi presencia te arropa,
te siento muy dentro
aunque lleves la ropa.

Caricias y besos
amansan mi fuego inteso,
todo parece más fácil
nadando en tu mar de marfil.

En tu cama amanezco, 
con el frío en ella perezco
como una hoja de otoño
que dormir contigo soñó.

Intento no añorarte
pero paraste mi tiempo,
alentando mi contento
por el placer de amarte.

El calor humano
a ti me tiene atado
como falange a la mano
de mi socialimo amado.

Entre sábanas vibramos,
a la luna y al sol burlamos,
escribiendo intensos relatos
de sus fauces escapamos.

Metáforas de miel

        Tengo escritas algunas cosas desde hace un tiempecito y ya va siendo hora de actualizar el blog con algo de ello. Primero, con esta entrada escrita hace unas semanas ya y que aborda algo que sentía y que debía de exteriorizar de alguna forma, y segundo, con una poesía que en la siguiente entrada desarrollaré.
        
        La presente entrada (la primera) manifiesta, como ya he comentado, algo que necesitaba escribir tras algunos sucesos acaecidos en mi vida y ello lo reflejo a través de metáforas. No está dentro de unos parámetros poéticos ni nada por el estilo, pero, en cambio, su contenido y significado es poesía y por ello lo escribo aquí como tal. Os lo dejo sin más:

        Y estuve tanto tiempo danzando bajo la lluvia
 que se me olvidó el por qué danzaba, 
esperando una señal definitiva de algo que no llegaría, 
de algo que sólo andaba en mi psique.

¿Ideales, sueños que dan espereranza
pero que sólo existen en la imaginación, 
en la creatividad, en lo onírico?

No sé nada a ciencia cierta;
pero sé que el diálogo, el debate
 y la conversación son elementos analíticos.

¿Y quién me entiende mejor que mi propio corazón?
Él: culpable e inocente de una obsesión que me mantenía en la lluvia,
sin objetividad alguna, con la danza en el temporal.
¿Acaso la pasión desmedida puede ser objetiva?

Y la luz apareció una noche ebria
 como puñal afilado atravesando carne pueril.
El dolor no tardó en convertirse en conocimiento ignorado,
en nuevo camino trazado.

Poco después, reforzada, la luz cambió el dolor por el placer,
la moralidad obstrucionista, por la moralidad del momento,
el nuevo camino hizo que los ojos no se cierren
ante la evidencia, y ésta, habla por si misma.

Lo trazado en el nuevo camino trajo nuevas técnicas, 
experiencias y objetivos.
La dialéctica se pronuncia, y no ver su luz 
es refriarse bajo la lluvia.

Aun así, todavía cambiaría cualquier atisbo de luz
por danzar de tal forma que la lluvia, tras tal ritual,
se uniera a lo indisoluble que son dos corazones
creando luz propia, en su particular camino
hacia la inexorable tierra, que engulle cuerpos
como el mar engulle gotas.