martes, 20 de marzo de 2012

Poesía antigua (1)

         El tiempo pasa y me cuesta actualizar, a pesar de que tengo mil cosas por publicar bien latentes en mi cabeza, pero no me quiero desesperar por seguir sin controlar mi inconstancia, y falta de orden para aprovechar el tiempo, a los cuales sólo combato cuando me veo acorralado en una esquina. Lo sé, todos tenemos defectos y es difícil corregirlos, pero se debe intentar. Bueno, a lo que iba, que por falta de tiempo para ponerme a crear entradas que ya crearé y para quitarme mientras este mal sabor de boca, he decidido publicar alguna poesía antigua que tengo escrita por ahí -tengo un número considerable pero pocas son dignas de publicar por distintos motivos- desde hace bastante tiempo. Iré progresivamente publicando algunas poesías antiguas (la mayoría tienen varios años, porque he estado bastante tiempo sin escribir) y actuales (que no son muchas) a cada cierto tiempo. Hay que tener en cuenta que sólo soy un aficionado y que cuando escribo es más por necesidad que por placer (aunque últimamente esté cambiando esto), por lo que no son maravillas ni nada parecido.

         En concreto, la actual poesía se titula Hoy y versa sobre las sensaciones del yo poético. Le tengo un especial cariño porque es de las primeras poesías de las que me sentí bastante orgulloso en su día (literariamente hablando, sin fardar ni mucho menos); y fue escrita hace unos 2 años y medio o así. Por supuesto, no sigue una rima y una métrica definida, ya que son versos bastante largos de estilo libre, y el lenguaje y el ritmo son bastante llanos, pero hay que saber de las carencias de su composición. Sin más dilación:


Hoy

Hoy, vuelvo a ser lo que me volvió a tocar
sintiéndome una roca a la que nunca llega el mar,
en vilo por su llegada tan esperada que no se produce.

Hoy, vuelvo a ser una luz insípida en el amanecer,
una mirada que nunca llegó a su destino
por el mero hecho de no acompañarle su sino.

Viviendo encadenado por esperanzas 
y cegado por intuiciones,
siento que la verdad anda por un hilo fino
en el que es un éxito su supervivencia
y su único mérito es que nunca se desdice en su camino.

Escribiendo por impulso y confusión
hoy me encuentro, pero no necesito más,
mi único paso al frente es la ilusión
y a ella no quiero olvidar jamás.